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Bardal

Un festín en la ciudad soñada

Con la satisfacción de haber cruzado la meta de la Media Maratón de Málaga, el domingo nos regalamos una de esas experiencias que quedan grabadas en la memoria. Nos pusimos en ruta hacia Ronda, un lugar donde la historia, la belleza y la gastronomía se funden en un escenario incomparable.

Situada sobre un desfiladero de vértigo, con su majestuoso Puente Nuevo como emblema, Ronda es un destino que parece sacado de un cuento. Y en el corazón de esta ciudad, a pocos pasos de sus icónicas vistas, se encuentra Bardal, el restaurante con dos estrellas Michelin que nos dejó absolutamente rendidos a sus pies.

Habíamos leído sobre la propuesta del chef Benito Gómez, un catalán que ha hecho de Andalucía su hogar y de sus sabores su inspiración. Su cocina no busca estridencias ni artificios, sino que reinterpreta la tradición con una sensibilidad única. Pero lo que no esperábamos era la maravillosa sorpresa que nos llevamos: Bardal superó todas nuestras expectativas, convirtiéndose en uno de esos lugares que te marcan y te hacen querer volver antes de haber salido por la puerta.


Nuestra elección: Gran Menú Bardal

El restaurante ofrecía dos opciones de menú:

🔸 Menú Bardal, más contenido en número de pases.
🔸 Gran Menú Bardal, un recorrido más extenso y ambicioso.

Como era imposible resistirse, optamos por el Gran Menú Bardal, una propuesta que no solo brilló por su técnica y creatividad, sino que logró algo aún más difícil: cada plato nos emocionó.


Un viaje a través de los sabores

🍵 Consomé de verduras especiado
Un inicio cálido y reconfortante, lleno de matices aromáticos.

🐟 Chuparquía de trucha
La trucha como nunca antes la habíamos probado, con una textura y sabor que sorprendieron.

🍄 Tarta de champiñón
Un bocado puro umami, con la profundidad terrosa de los hongos en un equilibrio perfecto.

🥗 Ensalada de atún
Un plato fresco que jugaba con las texturas y la intensidad del atún.

🥩 Picaña a la pimienta verde
La carne, en su máxima expresión, con el punto justo de potencia especiada.

🦑 Chipirones encebollados y queso Payoyo
Un homenaje a los productos de la sierra gaditana, con el queso Payoyo aportando carácter.

🍗 Piel de pollo y gambas
Un bocado de contraste, donde la intensidad del pollo crujiente se unía a la delicadeza de la gamba.

🥬 Cogollo a la brasa con emulsión de vaca
Un plato sorprendente por su sencillez y profundidad de sabor.

🧈 Beurre blanc, espárragos y caviar
Una combinación de lujo donde el caviar era la estrella indiscutible.

🦐 Quisquilla, albahaca y pimiento frito
Juego de frescura y dulzura marina, con el pimiento dando un toque inesperado.

🦪 Navajas, maíz, vainilla y salsa macha
Una combinación arriesgada que funcionaba a la perfección.

🥣 Gazpachuelo de judías, calabacín y anguila
El clásico gazpachuelo andaluz, elevado a un nivel insospechado.

🍄 Colágeno de setas
Puro umami en estado líquido, una verdadera delicia.

🐚 Espardeña Ibérica
Un plato que mezclaba mar y tierra con una ejecución magistral.

🐟 Romerete con azafrán
El pescado en su máxima expresión, con el azafrán aportando un toque sutilmente exótico.

🐇 Liebre Senador Couteaux
Intensa, melosa, perfecta. La liebre en su máxima expresión.

🥟 Croqueta de liebre y Capelletti de labneh y trufa con Blanqueta de liebre
Un trío de bocados que combinaban potencia y delicadeza en cada bocado.

🍝 Boloñesa y Ternera a la bordelesa con prensado de col, foie y trufa
Un homenaje a la cocina clásica, con una presentación refinada y un sabor inolvidable.

🍹 Gin Fizz de rosas. Hibisco, yogur y albahaca
Refrescante y aromático, un interludio perfecto antes del dulce.

🍏 Tarta de manzana y helado de vainilla
Un clásico reinventado, donde la textura y el equilibrio eran protagonistas.

🍫 Bollo de chocolate, haba tonka y flores
Un postre que cerraba el menú con una nota de intensidad y suavidad a la vez.

🍬 Petit Fours
El broche final con pequeños bocados de perfección.


Un restaurante que lo tiene todo

Desde el primer bocado hasta el último, cada plato fue una obra maestra. No hubo altibajos, no hubo concesiones, solo una cocina redonda, emocionante y perfectamente ejecutada.

Si en Skina hablábamos de un restaurante que aspira a la tercera estrella, en Bardal nos preguntamos cómo no la tiene ya. Es más que merecida.

🔹 Puntos fuertes:
✔️ Menú sin fisuras, donde cada plato tenía identidad propia.
✔️ Un juego perfecto entre la tradición y la innovación.
✔️ Producto excepcional, tratado con el máximo respeto.
✔️ Servicio impecable, cercano pero profesional.
✔️ Ubicación inmejorable, en el corazón de una de las ciudades más bellas de España.

🔻 Puntos a mejorar:
❌ Honestamente, pocos o ninguno.


Un final perfecto para un fin de semana inolvidable

Tras la comida, dimos un paseo por las calles de Ronda, dejándonos envolver por su encanto y sus espectaculares vistas. Pocos lugares en el mundo combinan así la belleza del paisaje y la grandeza gastronómica.

Bardal nos ha dejado un recuerdo imborrable. No es solo un restaurante, es una experiencia completa, un viaje a través del sabor, la técnica y la emoción.

¿Volveremos? Sin la menor duda. Porque si hay una ciudad soñada, Bardal es su mejor festín.

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