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Quique Dacosta

El día 24 nos desplazamos a Denia para ir al principal restaurante de Quique Dacosta, que lleva su mismo nombre. Este prestigioso establecimiento, reconocido con 3 estrellas Michelin, es una catedral de la cocina creativa y contemporánea. La experiencia gastronómica que ofrece es un auténtico viaje sensorial, y nuestro objetivo era explorar su famoso menú degustación «Por amor al arte».

El menú, dividido en cuatro actos, prometía ser un recorrido extraordinario a través de los sabores y texturas más innovadores, inspirados en el entorno y la tradición local.

Primer Acto: A partir de nuestro entorno…

Empezamos con una torta de almendra y un pan crujiente de kéfir y mantequilla, una entrada que nos preparó para el festín que estaba por venir. El ramen de crustáceos y bledas fue un caldo profundo y reconfortante, que transportaba los sabores del mar con cada sorbo. El paté en costra añadió una nota rica y terrosa, completando un primer acto que ya nos tenía impresionados.

Segundo Acto: El mar… Kaiseki de aquí

Este acto fue una oda al mar, comenzando con los corales de alga nori y arroz, que presentaban una textura crujiente y un sabor umami intenso. La mojama con encurtidos y almendras ofreció un equilibrio perfecto entre salado y ácido. Las huevas de mujol y el ábalon de tierra con emulsión de ortiguillas continuaron el tema marino con elegancia y sofisticación.

El kombucha de atún rojo del Mediterráneo fue una sorpresa refrescante y ligeramente fermentada, seguida por la pavía frita, que estaba crujiente por fuera y jugosa por dentro. La sopa, descrita como a modo de capellanets y escalibada, con berenjenas blancas y uva pansa de Denia, fue un plato de gran profundidad y carácter. El brioche ahumado de pescadilla, clóchina y guisante lágrima aportó un contraste delicioso entre lo ahumado y lo dulce. Finalmente, Blanco sobre negro II cerró este acto con una presentación visualmente impactante y sabores intensos.

Tercer Acto: Inspiración en la tradición…

En este acto, el pan de aceite de oliva virgen extra de variedad Farga, de olivos milenarios del Maestrazgo (Castellón), nos llevó de regreso a la tradición más pura. El hígado de pato asado entero y ahumado con piñas de pino, acompañado de leche merengada de chirivías, su aceite, brotes y cortezas, fue un plato robusto y lleno de sabor.

El arroz en pata, garbanzos y comino fue un homenaje a los sabores tradicionales, elevado a un nivel de alta cocina. El sang amb ceba de pato con cebollas encurtidas y granada de Elche nos ofreció una combinación exquisita de dulce y ácido, cerrando este acto con una nota rica y profunda.

Cuarto Acto: La dulce belleza…

Para concluir, el cuarto acto nos llevó a la tierra de los postres con La caja de Piluka, que era un deleite de texturas y sabores dulces. La corteza de garrofera, colmenillas y pino mediterráneo añadió un toque de naturaleza a nuestro final dulce. El polvorón ligero de almendra Guadalest y el hueso de Santo fueron un final perfecto, cada bocado era una combinación celestial de tradición y modernidad.

Extra

Además, tuvimos el placer de probar de nuevo una gamba roja de Denia, un bocado de mar que siempre deja una impresión duradera.

Reflexiones Finales

Aunque nos sorprendió la ausencia de petit fours, la experiencia en general fue sublime. Cada plato estaba ejecutado con una precisión y creatividad que reafirma por qué Quique Dacosta es un maestro de la cocina contemporánea. Salimos encantados y con el convencimiento de que este restaurante merece todas sus estrellas Michelin. La visita a Denia y al restaurante Quique Dacosta fue, sin duda, un colofón espectacular para nuestro viaje gastronómico.

Tipo de cocina

Creativa

Menú

Por amor al arte

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